Queremos resaltar nuestra preocupación, en este contexto de pandemia por COVID-19, respecto al estado de emergencia a nivel nacional y en cada uno de los territorios, en lo referido al incremento exponencial de casos de violencias por razones de género, femicidios, transfemicidios y travesticidios, y la afectación de niñas, niños y adolescentes que sufren también violencias, afrontando sus consecuencias en la propia subjetividad.
Nos preocupan, y ocupan, las vulneraciones de sus propios derechos como de los/as adultos/as que son sus referentes, y nos interpela a asumir nuestra responsabilidad como colectivo profesional.
Es destacable el compromiso reflejado en el accionar de los/as colegas en el duro trabajo en defensa de los derechos humanos de mujeres, disidencias y niños/as, con roles activos en la construcción de políticas públicas con perspectiva de derechos humanos, de género y diversidad como así también la tan humana tarea de contribuir a la reparación del daño sufrido por las víctimas.
Pero esto no es suficiente mientras no se avance y profundice en políticas públicas que permitan desterrar la violencia patriarcal y machista de los tres poderes del Estado que impregna las instituciones, sus prácticas y a quienes las habitamos.
No hay salud mental, si las mujeres y disidencias son violentadas.
Comisión de DDHH de la FePRA