Ante la amenaza de cierre inminente del Hospital Nacional de Salud Mental “Laura Bonaparte”, expresamos nuestro enérgico repudio. Esta decisión significa un retroceso en el abordaje de la salud mental y los consumos problemáticos, dejando sin atención a miles de pacientes y vulnerando el derecho a la salud de quienes dependían de esta institución como un espacio confiable que brindaba contención y tratamiento integral.
Desde su creación, el Hospital Bonaparte ha sido un modelo de atención con enfoque de derechos, según la Ley Nacional de Salud Mental. Su cierre no solo debilita la presencia del Estado en los territorios, sino que agrava la situación en el actual contexto social y económico, reinstaurando prácticas de control y encierro que tanto daño han causado a quienes sufren consumos problemáticos.