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8M/ Las mujeres seguimos luchando por nuestros derechos

Las luchas de las mujeres en el mundo, están logrando que el 8M deje de ser otra fecha comercial que oculta las reivindicaciones que la originaron y legitiman como una de las efemérides más importantes en la agenda nacional e internacional por los derechos de las mujeres. Tenemos presente la movilización de miles de obreras textiles que el 8 de marzo de 1857 marcharon por Nueva York exigiendo mejores condiciones laborales, la reducción de la jornada y la eliminación del trabajo infantil. Estos sucesos dieron lugar al Día de la mujer trabajadora en 1907.

 Muchos años más tarde la ONU (1977) declara el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. Esta  fecha, que en algunos países es feriado nacional y en otros convoca a un paro internacional, es un día que recuerda y pone de relieve la lucha por los derechos de las mujeres, los feminismos y la violencia ejercida por los machismos a lo largo de la historia.  Aunque el Estado argentino nunca logró saldar totalmente la deuda secular con las mujeres y diversidades, hasta hace poco menos de un año, había reducido la desigualdad de derechos con las mujeres, y, en algún sentido, era un ejemplo en materia de normativas, leyes y políticas públicas que buscaban equilibrar la inclinada balanza de la historia. Lamentablemente, en la Argentina de hoy cobra actualidad aquel viejo cántico de los Encuentros Nacionales de Mujeres (ENM): “Con mujeres que caminan pa´ delante y un gobierno que camina para atrás…”.   Las mujeres, los feminismos y el movimiento LGBTTIQNB+ continuamos denunciando las crueldades que amenazan nuestras vidas o las vuelven precarias, poco vivibles. Con la convicción y la potencia de siempre, continuamos exigiendo nuestros derechos hacia futuros más solidarios, hacia vidas más vivibles.

Este contexto nacional, nos lleva a luchar por lo que se perdió o corre riesgo de perderse en lugar de luchar por lo que falta. Algunos de los indicios que enumeramos a continuación dan cuenta de ello:

– La desarticulación y denostación de las políticas públicas de género y diversidades, que pone en riesgo nuestras vidas y nuestra salud mental.

-La instalación de discursos de odio hacia las mujeres y diversidades cargados de componentes racistas y fascistas, que ha derivado en la negación, banalización o minimización de las violencias sexistas, llegando a la puesta en duda de la figura de femicidio [i] o el planteo falaz y malintencionado de que las políticas contra las violencias buscan privilegios, cuando en realidad intentan restituir o conquistar derechos.

– Otro pendiente: continúa el histórico desconocimiento de la brecha salarial, a lo que también se suma la probable ausencia de una moratoria previsional que afectará mayormente a las mujeres.

-La desarticulación de las políticas de géneros y diversidades junto a la instalación de discursos de odio han derivado en una pérdida de institucionalización de la perspectiva de géneros, que poco a poco se constituía en parte del bagaje cultural de derechos humanos de nuestro país. Corren riesgo la implementación de la Ley Micaela y la Ley ESI.

– La eliminación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación y la degradación a Secretaria del antes Ministerio de la Mujer en la Pcia. de Córdoba, son apenas una muestra de la pérdida de institucionalidad que padecemos tanto a nivel nacional como provincial. Estas decisiones nos dejan por primera vez en 40 años sin organismo rector en políticas de género.

– El desfinanciamiento de los programas y partidas de salud, entre otros muchos aspectos, particularmente ponen en riesgo los derechos sexuales y (no) reproductivos de las mujeres y cuerpos con capacidad de gestar.  

Por todo lo anteriormente expuesto, hoy más que nunca decimos que:

 -Repudiamos estos tiempos de ajuste, hambre y crueldad para nuestro pueblo.

– Reafirmamos que sin pan, techo y trabajo no hay salud mental.

– Sostenemos que la interrupción legal del embarazo es un derecho que nos conserva con vida y con la decisión sobre nuestros cuerpos. A la clandestinidad no volvemos nunca más.

– Defendemos la educación sexual integral con perspectiva de género.

– Luchamos por una salud pública gratuita y de calidad.

– Decimos no al recorte de pensiones por invalidez.

– Exigimos un Estado presente, antifascista, antirracista y antipatriarcal.

-Exigimos políticas e institucionalidad de género contra la violencia machista, la desigualdad y la discriminación por motivos de género.

En el año N °30 de la Declaración de Beijing, este 8M nos brinda una oportunidad para levantarnos y exigir, que se cumpla lo dispuesto en la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing para conseguir un mundo igualitario y mejor para todas las personas. 

Desde la Comisión de Géneros, Diversidades y Disidencias en conjunto con la Comisión de Salud Mental y la Comisión de Derechos Humanos de la Federación de Psicólogas y Psicólogos de la República Argentina sostenemos que la Salud mental está en los derechos, que éstos son inalienables e interdependientes, por lo tanto, sin equidad de géneros, e igualdad de oportunidades para las mujeres y las diversidades sexogenéricas la Salud Mental y los Derechos Humanos se tornan abstractos. 

Convocamos a sumarse a las marchas y acciones que se vienen organizando en todo el país en el marco del 8 de marzo. 


[i] Según el Registro Nacional de femicidios del Observatorio ahora que sí nos ven desde el 1 enero al 27 de febrero de 2025 se han relevado 52 femicidios en nuestro país.