
Este 24 de marzo se cumplen 49 años del comienzo de la dictadura más atroz entre las que interrumpieron la democracia argentina desde 1930. Atrocidad precedida y preparada primero a través de la Triple A y consumada en 1975 mediante el Decreto de “aniquilación de los elementos subversivos” firmado por el gobierno de María Estela Martínez de Perón.
A través de un régimen de persecución y exterminio de cualquier oposición, cuya práctica represiva por antonomasia fue la desaparición forzada de personas (por la cual el significante “desaparecido” pasó de adjetivo a sustantivo, escribiéndose en castellano en cualquier país del mundo; nombrando lo que Osvaldo Bayer llamó la “muerte argentina”), inició un ciclo de políticas neoliberales que con alguna excepción han hegemonizado el pensamiento y la práctica económica en nuestro país durante los últimos 50 años, restringiendo derechos y soberanía, multiplicando la pobreza y la desigualdad.
Vivimos tiempos de deshumanización y crueldad en los que el gobierno reinvindica buena parte de esas ideas y coquetea permanentemente con la construcción de un Estado de excepción. Derechos elementales, consagrados hace décadas por nuestra Constitución, como el derecho a la protesta y a la manifestación pública son criminalizados y reprimidos.
Lejos de asumirse la ampliación de derechos ciudadanos como política de Estado, se retoman con fundamentalismo mesiánico las viejas recetas y se celebra cada derecho destruido con una felicidad que espanta. Desde los más elementales como el acceso a la salud, a una jubilación digna, al pan, al techo y al trabajo, como los conquistados en las últimas décadas por los movimientos feministas y LGTBQ+.
En este escenario se vuelve más necesario que nunca fortalecernos en la movilización callejera, en el encuentro y la lucha compartida, como formas de resistir y enfrentar este dispositivo de crueldad, odio y violencia desatado como nunca antes en nuestra democracia.
Como todos los 24 de marzo, marchamos en todo el país sosteniendo nuestras banderas, inclaudicables, de Memoria, Verdad y Justicia y por la defensa y necesaria ampliación de los Derechos Humanos.
No hay Salud Mental cuando se instala el terror y se arrasan los Derechos Humanos.
Velamos hoy por la salud del fotoreportero Pablo Grillo, acompañamos a nuestros jubilados y jubiladas y gritamos como siempre, y hoy más que nunca, MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA.
#MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA